miércoles, 6 de febrero de 2013

Information (Irene, 1)

Unos diminutos rayos de Sol penetraron por la ventana hasta acariciar la piel de Irene Adler. Se desperezó un poco, y al estirar el brazo, notó a su lado a Kate.

—Kate, hay que levantarse. Hazme el desayuno, por favor. —le da un cariñoso codazo en el brazo y se levanta.

La chica obedece y, quitándose de encima el sueño de un bostezo, se pone la bata y sale de inmediato de la habitación.

La Mujer volvió a Londres hace ocho meses, dos meses antes que el detective. Ella había sido su contacto en el extranjero, quien le facilitó los papeles para poder desaparecer sin problemas de Inglaterra el tiempo que hiciese falta. ‘’Un favor por otro favor’’, le dijo en un mensaje sin firmar.

Irene se enteró de incidente en la azotea del St. Barts por los medios de comunicación internacionales. En esos momentos se encontraba en París. Mentiroso, falso, impostor. Todos los periódicos y programas de actualidad no hablaban de otra cosa. No podía creérselo, y pidió a uno de sus contactos en el Reino Unido que buscase al detective, y que fuera discreto en su misión. Tras pasar una semana en un motel a las afueras de Londres, Sherlock recibió la visita de un hombre trajeado que no se identificó y que ni siquiera dijo si iba en nombre de algún amigo o conocido. Se limitó a extenderle un maletín que dentro llevaba carné, pasaporte y todo tipo de papeles que pudiese necesitar falsos, además de un billete de avión para Nueva York. Sherlock no tuvo más remedio que aceptarlo. No podía permanecer allí por mucho tiempo.

Se adentra en la ducha, dejando que los innumerables chorros de agua empapasen su cuerpo y la relajasen. Hoy tenía citado a varios banqueros y un político, y necesitaba estar lo más despierta y activa posible.

Justo cuando sale del baño, oye la voz de Kate desde las escaleras.

—Señorita Adler. Ha venido el señor Moriarty. Va ahora mismo hacia su cuarto.

Irene se pone una fina bata de seda negra, con el cuerpo aún humedecido, mientras ve a Jim entrar.

—Querida, si sabes que subo, ¿por qué te tapas? —se acerca a ella y le baja la bata lentamente hasta que cae al suelo, sin apartar sus ojos de los de ella, que sonríe con picardía.

—No te esperaba, no hasta mañana. Hoy tengo mucho trabajo. ¿Qué quieres? —susurra más cerca de él  mientras delinea lentamente con un dedo las costuras de su traje.

—Sabes de sobra que Sherlock Holmes ha vuelto, ¿verdad? Quiero información, de lo que sea. Qué ha hecho, qué no ha hecho, todo lo que puedas recopilar.

—Eso puedes hacerlo tú perfectamente. —se aparta enseguida y se da la vuelta, moviéndose sensualmente hasta llegar al armario y abrir sus puertas—. ¿Por qué me lo pides a mí especialmente? —pregunta mientras ojea un par de conjuntos atrevidos. Oye cómo Jim suelta una pequeña carcajada con cierto tono sarcástico.

—Porque sí. —dice tajante. Cambia un poco el tono de su voz a uno divertido, agudo—. Venga Irene, por mí, por favor. Y cuanto antes, mejor. Hoy. Cancela las citas con tus clientes. Pueden esperar. —Irene se da la vuelta y le mira neutral. Él se dirige a la puerta de espaldas sin dejar de mirarla—. Además, cuanto más esperen, más ansiosos y deseosos estarán que les des en las posaderas con la fusta, y eso quiere decir que tú disfrutas más de tu trabajo, ¿no?

Se despide haciendo un movimiento seco con la mano y desaparece de allí.

Irene sabía perfectamente por qué se lo pedía a ella. Era Sherlock Holmes, y Jim sabía de sobra que Irene sentía algo por él. La salvó, y hace tres años ella le devolvió el favor. Pura cortesía habría sido para una persona normal, pero para Irene no. Para ella fue algo especial. Toda su ‘’relación’’ había sido especial desde un principio. Sentía algo por Sherlock, pero no era como antes. Ya no era algo pasional y posesivo. Los años cambiaron eso. Era más personal sin llegar a lo sentimental y sin tener tampoco mucha confianza, aunque alguna había. Ahora iba a engañarlo y a recoger información para Jim. La idea no le gustaba. De no ser por Sherlock, ella estaría muerta en esos momentos.

Pero Jim siempre había estado ahí, además de haberse metido en su cama innumerables veces. No sentía nada hacia él, pero de alguna forma lo necesitaba. Cuando estaba con Jim, además de ser realmente divertido el tira y afloja de superioridad entre ambos, haciendo más excitante y morboso el tiempo que pasaban juntos, se sentía segura.

Por otra parte tenía muy presente que el criminal asesor podría ser muy peligroso si daba un paso en falso. Sentía miedo. Seguridad, satisfacción y temor eran las cosas que Jim le ofrecía. ¿Qué podría darle el bando de Sherlock? Nada, porque no podría abandonar el primero. Eso supondría un castigo doloroso.

Se para frente a la mesa que tiene al lado del ventanal de la habitación y observa su móvil. Se lleva los dedos a los labios y sonríe. ‘’Cuanto antes, mejor... Además, tengo ganas de verlo. Tendré que ser juguetona y misteriosa, y eso le encanta a él y a mí. Puedo divertirme sacándole la información, aunque en parte me moleste tener que ser yo quien lo haga’’.

—¿Kate? —alza la voz para que su asistenta apareciera en su habitación lo antes posible. Oye sus zapatos de tacón resonar por el parqué y pararse en el marco de la puerta—. Cancela mis citas para hoy y dile a los clientes que la semana que viene las sesiones serán el doble de placenteras.

‘’Para mí. Ellos sufrirán. La culpa es de Jim por hacerme esto. De todas formas no podía negarme. Yo tengo mis armas de persuasión,  Jim las suyas, y no son nada agradables’’, piensa. Coge el móvil y empieza a teclear.

—¿Cenamos? IA.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me ha gustado y me has dejado en intriga. Lo que dice Moriarty me ha hecho mucha gracia. Sigue asi, escribe asi de bien porque de verdad lo haces muy bien. Este capitulo me parecio mas corto que el prologo pero no pasa nada