Irene Adler pasó cuatro días más en
Baker hasta que dieron con Samuel Weisz. Pertenecía a una mafia de poca monta,
pero que daba más de un quebradero de cabeza a la policía desde hacía un
tiempo. Con la ayuda de Sherlock (por supuesto), apenas tardaron menos de una
semana para desmantelar su negocio y encerrarlos a todos, menos a uno.
Dean Crowe, el segundo al mando,
logró escapar. Llevaba varios días ilocalizable. Dio la casualidad de que
Sherlock quiso investigar un poco más sobre este grupo de mafiosos, y se
encontró con que Jackson Williams era un informador y mensajero de éstos.
Moriarty acabó con él y por motivos que desconocía. Seguro que habría algún
enlace entre Jackson y la mafia.